El dolor: El aliado silencioso de tu liderazgo personal

El dolor aliado de tu marca personal

¿Basta con sentir gratitud y apreciación solo por lo bueno? ¿Y si el dolor aportara a capacidad de liderarte a ti mismo?

Tengo un baúl de cosas dolorosas que contar. Y aunque mucho quisiera tacharlas de mi vida, tengo que reconocer que sin esas cosas que me hicieron sufrir yo no sería lo que soy.
Los errores que he cometido y los que, a mi juicio, han cometido otros, todos forman parte de las destrezas con que cuento hoy para desempeñarme y son absolutamente capitalizables para liderar mi propia vida.

Conectando causas con efectos

Hoy puedo mirar mi experiencia de vida con otros ojos y darme cuenta de que:

  • Sin la competencia con mis hermanos, no hubiera aprendido a pelear limpio.
  • De no haber sido hija “sandwich”, no habría desarrollado la capacidad de defenderme sola.
  • Si mis profesoras no me hubieran reprendido por payasa, nunca me hubiera dado cuenta que tengo la capacidad de hacer reír a los demás.
  • Si no me hubieran castigado por no aceptar ciegamente las reglas, no habría descubierto que tengo la capacidad de cuestionar el status quo.
  • Sin 8 mudanzas por tres continentes en 12 años, no habría aprendido a empezar de nuevo.
  • Si alguna vez no hubiera quedado desconectada porque no entendía ni jota de lo que pasaba a mi alrededor, nunca hubiera mirado hacia adentro de mí misma.
  • De no haber vivido en lugares donde no hablaba el idioma, no hubiera aprendido a leer a las personas…
  • Sin haberme visto forzada a actuar aún teniendo miedo, nunca habría descubierto que puedo dar más de lo que mi mente piensa.

Y si le diera la vuelta a lo doloroso de mi trabajo vería que…

  • Sin la jefe que me exigió hasta hacerme llorar, no hubiera sacado lo mejor de mí.
  • Si no hubiera trabajado con una arpía, no hubiera desarrollado mi instinto de supervivencia.

 

  • De no haber estado desorientada profesionalmente, no podría entender lo que sienten mis clientes.
  • Sin haber estado desempleada, nunca hubiera entendido la necesidad que tiene el ser humano de aportar…
  • Sin las peleas con mis socios, no hubiera desarrollado la capacidad de argumentar mis posiciones.
  • Sin haber fracasado en muchas empresas, no sería consiente de las cosas que no debo hacer si quiero triunfar.
  • Sin la persona que dudó de mis capacidades, no hubiera desarrollado la necesidad de demostrar lo que valgo.

 

  • De no ser por los sacudones de mi marido cuando me abandonaba a mi suerte, me hubiera acomodado laboralmente.

La vuelta a la tortilla

Si mirara con lupa me daría cuenta de que no ha habido un centímetro de desperdicio en todo el sufrimiento que me he encontrado en la vida y que el error y el dolor tienen la dimensión que yo quiera darles.

Si yo fuera realmente consiente de todo lo que el sufrimiento ha hecho por mí, hasta quizás rogaría porque no se acabara.

El dolor y el error me han moldeado y han desarrollado mi liderazgo. Ellos hicieron aflorar mis talentos y fortalezas y representan habilidades transferibles a mi proyecto de vida profesional y me dan una ventaja competitiva. Ellos me ayudan a crear mi marca personal.

Trabaja tu mindest de CEO

  • No subestimes el poder pedagógico del error ni del dolor. Los CEOs aprenden de sus malas experiencias y logran volverlas a su favor.
  • Toma lápiz y papel y escribe las cosas que quisieras tachar de tu vida.  Luego piensa ¿a quién le ayudaría a cortar camino esa información que tú tienes?
  • Una vez la descubras, vuélvela a tu favor.

¿Te atreves?

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